Después de dos años con poca actividad de inversión, parece que los capitalistas de riesgo (VC) están comenzando a invertir en startups como lo hacían durante la pandemia. Sin embargo, al mirar más de cerca, la realidad es diferente. En el cuarto trimestre del año pasado, los inversores destinaron 74.6 mil millones de dólares a startups en EE. UU., un aumento considerable en comparación con el promedio de 42 mil millones de dólares invertidos en cada uno de los nueve trimestres anteriores, según datos de PitchBook.
Aunque estos niveles de financiación solo se habían visto antes durante el pico de la era de tasas de interés cero (finales de 2020 a 2021), la reciente alza en la financiación de capital de riesgo beneficia desproporcionadamente a unas pocas empresas. De hecho, 32 mil millones de dólares, o el 43.2% de la actividad de inversión del cuarto trimestre, se destinaron a un puñado de grandes acuerdos:
– **Databricks**: En diciembre, la empresa de análisis de datos recaudó 10 mil millones de dólares con una valoración de 62 mil millones de dólares.
– **OpenAI**: La empresa detrás de ChatGPT aseguró 6.6 mil millones de dólares con una valoración de 157 mil millones de dólares a principios de octubre.
– **xAI**: La compañía de Elon Musk, que desarrolla un modelo de IA generativa llamado Grok, recibió 6 mil millones de dólares de inversores en diciembre.
– **Waymo**: La desarrolladora de coches autónomos, que opera servicios de robotaxi en San Francisco, Los Ángeles y Phoenix, obtuvo 5.6 mil millones de dólares en una ronda de financiación en noviembre, liderada por su empresa matriz Alphabet y acompañada por importantes firmas de capital de riesgo de Silicon Valley.
– **Anthropic**: En noviembre, el desarrollador de modelos de IA generativa recaudó 4 mil millones de dólares de Amazon.
Sin estos grandes acuerdos, la actividad de inversión del cuarto trimestre habría sido similar al promedio de 42 mil millones de dólares de los dos años anteriores. Esta concentración de inversión de capital de riesgo resalta la creciente brecha entre unas pocas empresas bien financiadas y el ecosistema más amplio de startups. Aún está por verse si en 2025 se mantendrán los altos niveles de inversión en capital de riesgo observados en el cuarto trimestre del año pasado. Sin embargo, es probable que la mayoría de la financiación continúe fluyendo hacia un pequeño grupo de las empresas de IA más prometedoras.