Josh Miller, el CEO de la compañía de navegadores, está buscando regalos para sus hermanas y le pide consejo a su esposa. Esto se muestra en un anuncio de su nuevo navegador con inteligencia artificial, llamado Dia. Aunque la idea de consultar a tu pareja para elegir regalos es encantadora, el nuevo producto está reemplazando a Arc, un navegador muy querido que hizo famosa a la empresa de Miller. Sin embargo, no todos están contentos con este cambio hacia la navegación con IA.
En el anuncio, en lugar de hablar directamente con su esposa, Miller le pide a un chatbot de IA que se comunique con ella en su nombre. El chatbot envía un correo electrónico a su esposa, comenzando con un saludo frío y formal, lo que hace que la interacción se sienta distante, como si fuera un mensaje para un compañero de trabajo en lugar de una conversación entre seres queridos. Este ejemplo resalta cómo la IA puede deshumanizar las interacciones, convirtiendo actos de amabilidad genuina en algo impersonal.
La publicidad de la compañía de navegadores refleja una tendencia en la industria tecnológica, donde al intentar promover la IA, las empresas a menudo muestran cómo esta tecnología nos aleja de lo que nos hace humanos. Aunque Miller podría haber personalizado su mensaje para que sonara más cálido, el problema más grande es que realmente no habló con su esposa.
A lo largo del tiempo, la forma de conectar ha cambiado. Antes, hablábamos en persona; luego, a través de mensajes de texto. Ahora, algunas personas están usando IA para comunicarse entre sí, lo que puede eliminar la necesidad de interactuar con otros humanos. Este anuncio es solo un ejemplo de cómo la tecnología puede reducir nuestra humanidad.
Otros anuncios de IA también han tenido reacciones negativas. Por ejemplo, un anuncio de Google mostraba a un padre y su hija utilizando IA para crear una carta a su atleta favorito, lo que fue criticado por automatizar un momento dulce entre ellos. Otro anuncio de Apple mostraba cómo identificar razas de perros usando un iPhone, lo que llevó a muchos a señalar que simplemente podrían haber preguntado al dueño del perro.
Las publicidades de IA a menudo parecen distópicas, pero también reflejan cómo las personas realmente están utilizando esta tecnología. Muchos la usan para crear arte o como compañeros virtuales, lo que puede ser valioso, aunque inquietante. Sin embargo, la mayoría de los anuncios de IA no tienen un mensaje claro y a menudo presentan la tecnología de manera vaga y mágica.
Las empresas parecen no saber exactamente para qué sirve la IA, y muchas de las aplicaciones actuales pueden ser desconcertantes, ya que automatizan tareas que son intrínsecas a nuestra humanidad. Aunque algunos podrían esperar anuncios que prometan que la IA hará trabajos aburridos para que podamos disfrutar más de la vida, la realidad es que la tecnología aún no está lista para reemplazarnos.
En resumen, el estado actual de la publicidad de IA es extraño. Mientras que las generaciones anteriores de tecnología prometían liberarnos y conectarnos, la promesa de la IA sigue siendo incierta. Las empresas deben encontrar un mensaje más positivo y claro para vender su software, ya que automatizar aspectos fundamentales de la experiencia humana no es el camino a seguir.