En mayo de 2024, el Reino Unido se unió al programa EuroHPC, que reúne recursos de supercomputación de 35 países, incluyendo Noruega, Turquía y los 27 estados miembros de la Unión Europea. Al unirse a este prestigioso programa, el Reino Unido busca fortalecer su liderazgo científico y tecnológico, fomentar la colaboración internacional y utilizar la supercomputación para impulsar la innovación y el crecimiento económico, lo cual es muy positivo para la industria de TI británica. Sin embargo, ser parte de EuroHPC también aumentará la demanda de energía en el Reino Unido, lo que podría superar las capacidades actuales del país. Esto es especialmente relevante ya que el Reino Unido aún no ha enfrentado el aumento de demanda energética provocado por el uso creciente de la Inteligencia Artificial (IA).
John Pettigrew, el CEO de la National Grid del Reino Unido, comentó que la IA consumirá un 500% más de energía en el país durante la próxima década. Este no es solo un problema para el Reino Unido, sino que se está convirtiendo rápidamente en un desafío global. En 2022, los centros de datos en todo el mundo consumieron 460 teravatios-hora (TWh), casi el 2% de la demanda total de electricidad a nivel global. Se prevé que en 2026, el consumo de electricidad de los centros de datos en la UE sea un 30% mayor que en 2023 debido a la creciente demanda de energía por parte de la IA.
Según una investigación reciente de Goldman Sachs, se espera que la demanda de energía de los centros de datos aumente un 160% para finales de la década debido a la IA. Esto no es sorprendente, ya que las emisiones de Google casi se han duplicado en los últimos cinco años gracias a la IA. Estas cifras alarmantes plantean dudas sobre la posibilidad de alcanzar emisiones netas cero para finales de la década.
La pregunta clave es: ¿cómo podemos satisfacer de manera sostenible este nivel de demanda? La IA y el cambio climático son dos de las historias más significativas de nuestro tiempo, afectando varios aspectos de la sociedad, la economía y el medio ambiente de maneras profundas. La IA sin duda jugará un papel en abordar los desafíos del cambio climático, pero las demandas energéticas de los centros de datos presionarán los objetivos de emisiones netas cero.
Además de la necesidad de electricidad, el Reino Unido también requiere acceso a unidades de procesamiento gráfico (GPUs) mientras se esfuerza por convertirse en un líder en supercomputación e IA. Sin embargo, la innovación debe ser sostenible para garantizar que los procesos que consumen mucha energía se realicen con un impacto ambiental mínimo y sin poner en riesgo la seguridad energética del Reino Unido.
La única solución viable es aprovechar la energía renovable para alimentar los centros de datos. Es fundamental priorizar estrategias de eficiencia energética en los centros de datos de IA para que el Reino Unido pueda mantenerse al día sin tener que desconectar por la demanda de energía. Obtener energía renovable para alimentar los centros de datos presenta varios desafíos, principalmente relacionados con la necesidad de un suministro de energía constante y confiable, altos costos iniciales de inversión y la integración de fuentes renovables en la infraestructura existente.
Algunas energías renovables, como la solar y la eólica, son inherentemente intermitentes, lo que requiere el desarrollo de soluciones de almacenamiento de energía eficientes y mejoras en la red para garantizar un suministro de energía constante. NexGen Cloud alberga su Supercloud de IA en un centro de datos justo fuera de Oslo, que utiliza energía hidroeléctrica para alimentar y enfriar su infraestructura. La energía hidroeléctrica es no intermitente, lo que permite que el centro de datos funcione con energía limpia las 24 horas.
La inversión y las nubes soberanas son cruciales. Las fuerzas del mercado por sí solas no son suficientes; la inversión directa del Gobierno del Reino Unido en chips de GPU también es clave para avanzar en las industrias de supercomputación e IA del país. La inversión del Reino Unido en infraestructura de GPU es significativamente menor en comparación con otros actores globales. La inversión en chips de Nvidia en el Reino Unido es pequeña en comparación con los pedidos de gigantes tecnológicos como X de Elon Musk y China. Según Pitchbook, se han invertido 122 mil millones de dólares en negocios de IA generativa en EE. UU., mientras que los negocios de IA generativa en Europa han recibido solo 3.8 mil millones de dólares. Estas disparidades dificultan la capacidad del Reino Unido para competir en los sectores de supercomputación e IA, lo que requiere un fuerte impulso gubernamental para aumentar la disponibilidad de GPU e inversión en infraestructura.
Además, adoptar soluciones de nube soberana puede ayudar a las empresas del Reino Unido a acceder a GPUs de alto rendimiento mientras se asegura el cumplimiento de las leyes de protección de datos, mejorando así la competitividad del Reino Unido en el mercado global de IA. La infraestructura en la nube está disponible hoy para garantizar que las operaciones de IA puedan cumplir con las regulaciones de soberanía y privacidad de datos en Europa, manteniéndolas dentro de la jurisdicción europea. Al alimentar nuestros centros de datos con energía 100% renovable, el Reino Unido y la UE pueden mitigar significativamente el impacto ambiental asociado con la supercomputación y la inteligencia artificial, permitiendo así que la innovación continúe sin poner en peligro la posibilidad de alcanzar emisiones netas cero para 2030.
Esto puede proporcionar un modelo de cómo el Reino Unido puede apoyar de manera sostenible la supercomputación y la IA, convirtiéndose en un verdadero líder global en estos sectores.