Esta semana en el podcast Equity se hablaron de algunos acuerdos inusuales por varias razones, algunas buenas y otras no tanto. Primero, se mencionó una ronda de financiamiento de 80 millones de dólares para Story, una empresa que busca aplicar la magia de web3 a la inteligencia artificial y la gestión del talento. Un inversor comentó que “lo que Bitcoin hizo por el dinero y las finanzas, Story lo está haciendo por el contenido y la propiedad intelectual”. Esto podría ser cierto, aunque quizás no de la forma que él piensa.
Luego, Mary Ann intentó desentrañar el complicado y extraño documento de términos para Bolt, que busca 450 millones de dólares. Pero, ¿es dinero real o “créditos de marketing”? En gran parte, son lo segundo. Y el dinero real, ¿proviene de inversores comunes o de múltiples empresas de capital privado que operan a través de las Islas Caimán y los Emiratos Árabes Unidos? La respuesta es la segunda opción. Pero al menos Ryan Breslow está de regreso, lo que debería simplificar las cosas.
Margaux McColl, una nueva voz en Equity desde DC, explicó sobre la isla privada de Balaji Srinivasan, un “pueblo universitario tecnocapitalista” donde “aquellos que tienen afinidad por el orden mundial actual no son bienvenidos”. Yo comenté que suena como una secta, y aunque las sectas pueden ser aceptables en moderación, me preocupa esta en particular.
No queriendo detenerme, hablé sobre dos empresas de inteligencia artificial que cubrí esta semana y que no están relacionadas con grandes modelos de lenguaje. Reliant AI se centra en investigadores, especialmente en el sector farmacéutico, que necesitan analizar miles de documentos a la vez, lo que podría ser muy útil para los científicos de datos. Por otro lado, BeyondMath trabaja con empresas de Fórmula 1 para crear un “túnel de viento digital” que realiza simulaciones de dinámica de fluidos computacionales basadas en física con alta precisión en casi tiempo real. ¿Cuándo fue la última vez que ChatGPT hizo un auto de carreras más rápido?
Margaux concluyó hablando sobre el creciente nivel de actividad en adquisiciones de tecnología de defensa. Los inversores están viendo este mercado, que antes era tabú, de una manera diferente (ahora que está generando ganancias), pero eso no significa que se pueda esperar una burbuja al estilo de la inteligencia artificial; este es un mundo distinto con diferentes definiciones de éxito y salidas razonables. Sin embargo, con más de 100 mil millones de dólares invertidos desde 2021, nadie puede permitirse ignorarlo más.