Un estudio de Seagate revela que la seguridad y el almacenamiento son las principales preocupaciones para la infraestructura de inteligencia artificial (IA). En cambio, el uso de energía ocupa el último lugar, detrás de consideraciones regulatorias y la viabilidad de los modelos de lenguaje (LLM). Las discusiones sobre el consumo energético de la IA seguirán