En resumen, el 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump revocó una orden ejecutiva de 2023 firmada por el expresidente Joe Biden. Esta orden buscaba reducir los riesgos que la inteligencia artificial (IA) puede representar para los consumidores, trabajadores y la seguridad nacional. La orden de Biden instruía al Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) a crear guías que ayudaran a las empresas a identificar y corregir fallos en sus modelos, incluyendo sesgos. Además, requería que los desarrolladores de sistemas de IA compartieran los resultados de las pruebas de seguridad con el gobierno de EE. UU. antes de lanzar sus productos al público.
Los críticos cercanos a Trump argumentaron que los requisitos de informes de la orden eran demasiado complicados y obligaban a las empresas a revelar secretos comerciales. Durante su campaña, Trump prometió políticas que “apoyarían el desarrollo de la IA basado en la libertad de expresión y el bienestar humano”, aunque no ofreció más detalles al respecto.