OpenAI ha anunciado que su estructura corporativa necesita evolucionar para avanzar en su misión de garantizar que la inteligencia artificial general (AGI) —una IA capaz de realizar la mayoría de las tareas que hacen los humanos— beneficie a toda la humanidad. Actualmente, OpenAI opera como una organización con fines de lucro controlada por una entidad sin fines de lucro, ofreciendo una participación de “ganancia limitada” para inversores y empleados. Sin embargo, en un blog publicado el viernes, la empresa informó que planea transformar su organización con fines de lucro en una Corporación de Beneficio Público (PBC) en Delaware, que tendrá acciones ordinarias y la misión de OpenAI como su interés de beneficio público.
En diciembre, The New York Times reveló que OpenAI estaba en conversaciones para pagar miles de millones de dólares a su organización sin fines de lucro para que cediera el control. Esta es la primera vez que OpenAI detalla sus planes de transición en un comunicado público. La empresa mencionó que, al entrar en 2025, necesita convertirse en una compañía duradera, más allá de ser un laboratorio o una startup. OpenAI busca adaptarse para dar el siguiente paso en su misión, en un mundo que está construyendo una nueva infraestructura para la economía del siglo XXI.
La creación de la PBC permitiría a OpenAI equilibrar los intereses de los accionistas, las partes interesadas y el interés público en su toma de decisiones, además de facilitar la recaudación de capital bajo términos convencionales. OpenAI afirma que esto crearía una de las organizaciones sin fines de lucro mejor financiadas de la historia, y que su actual entidad sin fines de lucro recibiría acciones en la PBC a una valoración justa determinada por asesores financieros independientes.
OpenAI, que fue fundada en 2015 como un laboratorio de investigación sin fines de lucro, ha tenido que adaptarse a medida que sus experimentos se volvieron más costosos, aceptando inversiones externas de capital de riesgo y empresas como Microsoft. En octubre, OpenAI recaudó 6.6 mil millones de dólares con una valoración de 157 mil millones. Sin embargo, se espera que la empresa pierda 5 mil millones de dólares este año, y los términos de su última ronda de financiamiento requieren que complete su transición a la organización con fines de lucro en dos años para evitar que la inversión se convierta en deuda.
Sin embargo, el plan enfrenta obstáculos. Elon Musk, uno de los cofundadores de OpenAI, ha solicitado una orden judicial para detener la transición a una organización con fines de lucro, acusando a OpenAI de abandonar su misión filantrópica original. Musk también ha alegado que OpenAI ha privado a su empresa de IA, xAI, de capital al extraer promesas de los inversores de no financiarla. OpenAI ha calificado las quejas de Musk como “infundadas”.
Además, Meta, la empresa matriz de Facebook y competidora de OpenAI, está apoyando esfuerzos para bloquear esta conversión. En diciembre, Meta envió una carta al fiscal general de California, argumentando que permitir el cambio tendría “implicaciones sísmicas para Silicon Valley”.
OpenAI sigue lidiando con la salida de talento clave, en parte debido a preocupaciones de que la empresa prioriza productos comerciales a expensas de la seguridad. Un ex empleado, Carroll Wainwright, quien investigó la alineación de sistemas de IA con políticas de seguridad, expresó que OpenAI “estaba estructurada como una organización sin fines de lucro, pero actuaba como una con fines de lucro” y que “no debería ser confiable cuando promete hacer lo correcto más tarde”.