Dos de las fuerzas más grandes en el mundo de la tecnología, las grandes empresas y las startups, han hecho un llamado conjunto al gobierno para que no considere regulaciones que puedan afectar sus intereses financieros, que ellos prefieren llamar “innovación”. Este grupo incluye a figuras destacadas como Marc Andreessen y Ben Horowitz de A16Z, así como a Satya Nadella y Brad Smith de Microsoft. Aunque tienen diferentes opiniones, están unidos en este tema.
Ellos dicen que están preocupados por las pequeñas empresas que podrían verse afectadas por un intento reciente de regulación llamado SB 1047. Este proyecto de ley proponía cargos por la divulgación inadecuada de modelos de inteligencia artificial. Anjney Midha, socio de A16Z, lo calificó como un “impuesto regresivo” sobre las startups, argumentando que solo las grandes empresas tecnológicas podrían permitirse los abogados necesarios para cumplir con estas regulaciones. Sin embargo, se ha demostrado que las pequeñas empresas y modelos solo se verían afectados de manera mínima, ya que la ley propuesta las protegía específicamente.
Es curioso que el tipo de protección que Horowitz y Andreessen suelen defender para las “pequeñas empresas tecnológicas” fue distorsionado por la campaña de cabildeo que llevaron a cabo contra SB 1047. Aunque el proyecto de ley tenía sus problemas, la oposición exageró los costos de cumplimiento y no presentó pruebas sólidas de que afectaría negativamente a las startups.
La declaración conjunta de estas figuras del sector tecnológico sugiere que quieren que el gobierno adopte un enfoque de “oportunidad política”. Después de bloquear SB 1047, ahora dicen que lo hicieron para apoyar una política federal. Sin embargo, aún estamos esperando una ley federal de privacidad que las empresas tecnológicas han solicitado durante años mientras luchan contra las leyes estatales.
¿Qué políticas apoyan? Quieren “enfoques responsables basados en el mercado”, es decir, que el gobierno no intervenga en sus ganancias. Proponen que las regulaciones se basen en la ciencia y que se enfoquen en el riesgo de que actores malintencionados usen la inteligencia artificial de manera incorrecta. Esto implica que prefieren castigos reactivos en lugar de regulaciones proactivas.
Además, afirman que los desarrolladores y startups deberían tener la libertad de elegir qué modelos de inteligencia artificial usar sin que se favorezca a ninguna plataforma en particular. También hacen una afirmación sorprendente sobre el derecho a aprender, sugiriendo que las máquinas deberían tener acceso a datos para aprender como lo hacen las personas. Sin embargo, estos sistemas no son humanos y no tienen el mismo derecho a la información.
Aunque presentan algunas recomendaciones positivas, como fomentar programas de alfabetización digital y apoyar el acceso a datos, su objetivo principal parece ser evitar regulaciones que puedan afectar sus beneficios. En resumen, figuras como Horowitz, Smith, Andreessen y Nadella quieren que el gobierno se aleje de la regulación de la inteligencia artificial y que la industria decida qué regulaciones son necesarias, mientras buscan una forma de eludir las leyes de derechos de autor que protegen la propiedad intelectual.