Cuatro años después de que Microsoft se propusiera convertirse en una empresa con emisiones negativas de carbono en una década, y dos años antes de que la inteligencia artificial generativa comenzara a ganar terreno, la compañía ahora enfrenta un aumento en su huella de carbono, y todo es gracias a la IA.
Según su Informe de Sostenibilidad Ambiental, publicado por el Vicepresidente y Presidente Brad Smith y la Directora de Sostenibilidad Melanie Nakagawa, las emisiones de gases de efecto invernadero de la empresa han aumentado un 29% desde su compromiso de 2020 de ser carbono negativo.
El aumento en las emisiones, atribuido al uso creciente de herramientas de inteligencia artificial y generativa, ahora parece representar un desafío significativo para alcanzar los objetivos ambientales de Microsoft.
Microsoft culpa a la IA por las emisiones de carbono
La demanda de centros de datos, que requieren mucha energía y están construidos con materiales pesados en carbono como el acero y el concreto, ha aumentado. Además del gasto de capital asociado con el establecimiento de nuevos sitios, Microsoft también debe lidiar con el alto consumo de energía de sus centros de datos.
Smith y Nakagawa culparon al éxito de la empresa por los altos niveles de emisiones: “Nuestros desafíos son en parte únicos debido a nuestra posición como un proveedor líder de la nube que está expandiendo sus centros de datos”.
Microsoft está bajo el foco en muchos países por su dominio, incluyendo su considerable participación del 25% en el mercado global de la nube, lo que la coloca en segundo lugar detrás de Amazon.
Redmond también se ha comprometido a utilizar suministros de energía más ecológicos, incluyendo electricidad libre de carbono para 2030, invirtiendo en proyectos de generación de energía sostenible en todo el mundo.
La empresa, que es la más valiosa del mundo con una capitalización de mercado de 3.14 billones de dólares, también se comprometió a reducir su uso de agua, con los dos ejecutivos agregando: “Nuestros nuevos centros de datos están diseñados y optimizados para soportar cargas de trabajo de IA y no consumirán agua para enfriamiento”.
A medida que Microsoft continúa navegando estos desafíos, se está volviendo cada vez más evidente que otras empresas involucradas con la IA también pueden enfrentar los mismos problemas, destacando la necesidad de una acción más rápida y efectiva.